sábado, 18 de mayo de 2013

La Artemia (Artemia franciscana franciscana y Artemia Persimilis)

Las artemias son crustáceos con una ecología bastante peculiar. Su Género es Artemia y comprende seis especies distribuidas en todo el mundo menos la Antartida. Habitan en lagos con altas concentraciones de sal que dificultan el desarrollo de otros animales acuícolas. Se alimentan filtrando el fitoplancton, algas microscópicas de las aguas donde viven, nadando erraticamente en busca de alimento y procurando no ser a su vez comida para diversas aves que visitan esos lagos como los flamencos.
Las artemias poseen un dimorfismo sexual, o sea, machos y hembras presentan diferencias morfológicas: los machos poseen un lóbulo frontal en su cabeza  que le ayuda durante el apareamiento al acoplarse con una depresión en la cabeza de la hembra, encajan así sus cabezas lo que facilita la cópula. Las distintas especies de artemias tienen diferentes formas en sus lóbulos frontales y depresiones lo que evita que, de haber mas de una especie en el mismo lago llegasen a aparearse imposibilitados al no poder afrimarse para la cópula. Este rasgo además ayuda a científicos a diferenciar las especies.
Luego del apaeamiento la hembra puede liberar o no los huevos (llamados quistes) dependiendo de las condiciones del ambiente. Si hay un alto grado de salinidad  en el ambiente o si escasea el agua desovará.  En cambio si las condiciones del ambientes son favorables, entonces no pondrá los huevos y estos se desarrollarán en su interior para luego "parir" a sus crías llamadas nauplios.  La expulsión de los quistes sirve para que, si llegase a secarse el lago donde habitan, estos queden a la intemperie en espera de condiciones optimas para su desarrollo ya que son extremadamente resistentes a la desecación y a las temperaturas extremas. Además en este estado pueden ser transportados por el viento o por las aves al quedarse pegados en sus patas o plumas, hacia un nuevo lago.
 Existe también la partenogénesis en la especie Artemia parthenogenetica, que además de la reproducción sexual genera huevos con embriones genéticamente idénticos a su hmadre, sin la necesidad de aparearse previamente.

En Chile se encuentran dos especies: Artemia franciscana y Artemia persimilis. La primera está ampliamente distribuida, encontrándose desde Canadá hasta la zona central de Chile y existen distintas subespecies habitando en nuestro país Artemia franciscana franciscana. La segunda especie se consideró endémica de Argentina hasta 1996 cuándo se encontró también en el sur de Chile.
Algunos lugares donde es posible encontrar artemias en Chile son la Laguna Chaxas y el Salar de Yamara.

foto de www.wikipedia.org

viernes, 17 de mayo de 2013

El Litoral chileno: Roqueríos

El litoral se define como el borde de un continente o isla y se ve representado en diversas formas: acantilados, playas de arena, roqueríos, etc. 
En este artículo hablaremos de los litorales rocosos de Chile, lugares accidentados llenos de  grandes rocas (de ahí su nombre) lo que permite a la flora y fauna marina fijarse a ellas o sobrevivir en los pozones que se forman entre las rocas durante la marea baja.

Roquerío en El Tabo. En este lugar, que a simple vista parece desprovisto de vida, se escondía una biodiversidad insospechada: cangrejos, peces, babosas de mar, etc(foto de Juan Pablo Salgado)

Caracoles, potos de mar y otras criaturas llevan su vida en estos lugares: hierbas, herbívoros y predadores tienen su Serengueti en miniatura en cada poza (foto de Bernardo Segura)

Los roqueríos forman distintos microhábitats a simple vista muy similares entre sí pero en los cuales se encuentran diferentes especies: están las "playas de bolones" que en vez de arena tienen piedras donde suelen encontrarse distintos cangrejos de pequeño tamaño aunque de vez en cuándo aparecen algunos relativamente grande, casi siempre del género Petrolisthes. Estos cangrejos llaman mucho la atención por sus extremidades con grandes pinzas que parecen desproporcionadas en comparación con su cuerpo y al acercarlas a su cuerpo encajan de tal manera que el animal parece una piedra.

Cangrejo Petrolisthes sp. que, con su forma y tamaño, pasa desapercibido y se camufla entre los choritos maicos a su alrededor (foto de Bernardo Segura).

Aquí podemos encontrar diversos animales, sobre todo invertebrados, de toda clase y colores. Por nombrar algunos están depredadores como el loco (Concholepas concholepas) o el sol de mar (Heliaster heliantus). El primero es un molusco gasterópodo (pariente de caracoles y babosas) muy apetecido en gastronomía por lo cuál ha sido extraído intensamente para fines alimenticios que sus poblaciones se han visto diezmadas y no es usual encontrar grandes locos; el segundo es una estrella de mar que llama mucho la atención por su gran tamaño (unos 30 cm de diámetro) y sus numerosas patas (entre 25 y 42) además de las espinas pequeñas que cubren su cuerpo y que no causan daño.

Loco visto desde abajo. Se puede apreciar el "pie" de este gasterópodo pariente lejano del caracol de jardín (foto de Daniel Hinojosa)

Sol de mar volteado para apreciar los cientos de diminutos tentáculos sensibles de este equinodermo, que le confieren la capacidad de desplazarse y abrir las conchas de los bivalvos que come (foto de Daniel Hinojosa).

Entre las grandes rocas se suelen formar pozas que pueden ser pequeñas y unidas entre si o algunas relativamente grandes, de un par de metros cuadrados. En estos lugares podemos encontrar diferentes invertebrados como chitones (Polyplacophora), caracoles de todo tipo, jaibas y potos de mar, que son anémonas de distintos colores: verde, blancos o rojos. También vive en estas pozas el cangrejo ermitaño, el cual siempre lleva consigo una concha de caracol que encuentra y en la cuál se aloja para protegerse de los depredadores. Incluso aquí podemos encontrar peces como los pejesapos o la borrachilla. El primeros son peces de la familia Gobiesocidae que poseen una ventosa para adherirse a las rocas; la borrachilla (Scartichthys sp.) es un pez no comestible que habita entre las rocas y en ocasiones tiene una madriguera en ellas desde donde asoma la cabeza de vez en cuando. Una rareza es el cangrejo decorador que fija elementos de su entorno a los ganchos de su caparazón para así camuflarse. Las pozas de agua poseen una gama muy variada de criaturas, mas de lo que aparentan.

Cangrejo ermitaño de la especie Pagurus edwarsi (foto de Bernardo Segura)

Borrachilla o Tomoyo (Scartichthys sp.), un pez que suele encontrarse en las pozas de los litorales rocosos. Existen varias especies de borrachillas en nuestras costas, como la especie Scartichthys variolatus que habita en el Archipiélago Juan Fernández (foto de Juan Pablo Salgado).

Estas pozas son llamadas "intermareales" pues se forman con la marea baja. Esto crea problemas para sus habitantes pues al no ser profundas están mas expuestas al calor del sol y a la evaporación y por consiguiente a una mayor salinidad de sus aguas. Aquellos animales y algas sésiles (que están fijos a un sustrato como la roca) que quedan expuestos al Sol al bajar la marea deben impedir la pérdida de agua y que el sol no los cocine. Algunos moluscos se encierran en sus conchas y evitan la desecación como es el caso del chorito maico (Perumytilus purpuratus), pequeño marisco comestible.

Gusano poliqueto, pariente lejano de la lombriz de tierra (foto de Bernardo Segura)

 Picorocos Jelhius cirratus, una especie que se ve sometida a la exposición al Sol y la desecación durante la marea baja al ser un organizmo sesil, es decir, que estña fijo al sustrato. En otros países los picorocos reciben el nombre de percebes (foto de Bernardo Segura).

Los roqueríos tienen importancia también para el hombre: durante miles de años los seres humanos alrededor del mundo recurrían a ellos para cosechar toda clase de productos del mar: algas comestibles, mariscos de todo tipo y peces. Muchos son conocidos, como las jaibas (cangrejos grandes) o el loco, pero también los chitones, los choritos maicos, cefalópodos como la sepia o el pejesapo Sicyases sanguineus, anguilas y caracoles. Durante mucho tiempo esta extracción fue sustentable debido, entre otras cosas, a la baja población humana, pero con el aumento de la población y del turismo ha habido casos de sobreexplotación de los recursos pesqueros. Un ejemplo conocido es el del loco y otro mucho menos es el del caracol pure (Cypraea caputdraconis).
Como ya es recurrente, les dejo como mensaje final el de hacernos conscientes de los distintos recursos que extraemos de nuestro medio. Es nuestro deber como chilenos velar por los recursos de Chile, en este caso en particular, los productos del litoral. Seamos sabios y así nuestros nietos y bisnietos podrán saber lo que es un chiton, un choro zapato o un pure.

Pure (foto de la web www.ucmp.berkeley.edu

foto de Juan Pablo Salgado

domingo, 5 de mayo de 2013

La Chupapoto (Eccremocarpus scaber)

Enredadera nativa de nombre singular que crece como enredadera y trepa por arbustos y en ocasiones por vallas de rejas ayudado por unos zarcillos y porque crece enroscándose a su soporte. Sus hojas presentan una pilosidad, es decir, "pelos" aunque no son pelos como los del ser humano o los demás mamíferos. Son llamados en botánica "tricomas" y son estructuras pequeñísimas que en distintas plantas cumplen distintas funciones y que a simple vista, y por su exiguo tamaño, se ven como pelos. Lo mas llamativo de la planta quizá sean sus flores de un llamativo naranjo que vienen en racimos. Las flores generan un fruto que libera semillas aladas.
Crece en Chile desde la Región de Valparaíso hasta la Región de los Ríos, así como en Argentina.

También llamada chupachupa o lorito, resulta muy peculiar el nombre con el cuál la identifiqué en el título. Para los extranjeros: en Chile se le llama "poto" al trasero por lo que "chupapoto" es un nombre bastante raro para una enredadera.


fotos de Juan Pablo Salgado