jueves, 31 de diciembre de 2015

Cuncunas especializadas

Las tres especies de las que trata esta entrada ya han sido expuestas de forma individual en este blog, sin embargo considero pertinente englobarlas en una entrada a propósito de un comportamiento que tienen en común: la especialización.
Mariposas y polillas poseen una fase larval que en la mayoría de los casos es herbívora. Muchas veces estas larvas, también llamadas orugas o cuncunas se pueden alimentar de varias especies de plantas, pero no es el caso para las de la mariposa monarca (Danaus erippus), la mariposa del chagual  (Castnia psittacus) o el papilio negro (Battus polydamas archidamas). Sus cuncunas solo se alimentan de un tipo de planta. Todas tienen en común su gran tamaño, lo que las vuelve muy llamativas.

En el caso de la monarca, las cuncunas solo se alimentan de plantas de la tribu Asclepiadeae. Estas plantas se caracterizan por contener sustancias tóxicas que luego la cuncuna es capaz de incorporar volviéndola también venenosa. En los sectores donde habita, la gente puede plantar miembros de esta tribu taxonómica en sus jardines que le sirvan a estos insectos, gozando con su presencia.

Izq: cuncunas; Der: adultos apareándose (fotos de María Elena Valenzuela y Luis Vega respectivamente).

La mariposa del chagual se alimenta, como su nombre lo dice, del chagual o puya (Puya sp.), Género que incluye varias especies en nuestro país. Esta especie es endémica de Chile y se encuentra en estado Casi Amenazada. Las cuncunas se alimentan de la planta hospedera durante un período variable que puede durar cerca de un año, luego de lo cual metamorfosean en el interior de la misma planta.

Izq: lugar donde la cuncuna hace su capullo; Der: mariposa del chagual adulta (fotos de Juan Pablo Salgado y Patricio Novoa respectivamente).

La última mariposa especializada que mencionaré es el papilio negro o mariposa de la oreja de zorro que solo coloca sus huevos en dos especies de plantas emparentadas: la oreja de zorro (Aristolochia chilensis) y la oreja de zorro amarilla (A.bridgesii).

Izq: cuncuna; Der: adulto (fotos de Patricio Novoa y Juan Pablo Salgado respectivamente).

Estas tres mariposas se han especializado en sus respectivas plantas hospederas para colocar sus huevos ¿Por qué? En el caso de la monarca y el papilio usan sus plantas como forma de obtener defensas contra sus predadores. Dichas plantas son tóxicas y al ingerirlas incorporan dichas toxinas en su organismos, volviéndolas nocivas a potenciales depredadores. Hay otra razón: la especialización permite explotar al máximo un recurso: estas mariposas son las únicas que usan de planta hospederas a esas especies, por lo que se libran de la competencia con otros insectos, es decir, monopolizan dicho recurso.
Esto también tiene desventajas: la especialización te permite medrar hasta que el recurso en que te especializaste sufre una disminución o se extingue. Si eso llegase a ocurrir con las plantas, estas mariposas se verían en serios problemas pues no tendrían donde colocar sus huevos y sus poblaciones disminuirían conforme lo hacen las de sus hospederas.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Las Hormigas del Género Monomorium

Foto de Bernardo Segura.

Nuestro país cuenta con muchas y diferentes especies de hormigas, si bien la mayoría conoce la clásica hormiga argentina (Linepithema humile), especie introducida que se adapta fácilmente a ambientes urbanos.
Lo cierto es que de entre las autóctonas, solemos notar las hormigas de mayor tamaño del Género Camponotus, pero otras especies cómo las Monomorium son igual de interesantes y destacan, entre otras cosas, por su coloración.
Estas hormigas se encuentran en diferentes partes del mundo y Chile posee algunas especies endémicas cómo M. chilense M. denticulatum.
Al parecer poco estudiadas, poco se sabe de las hormigas Monomorium en Chile, lo que da cuenta de lo que falta por investigar en nuestro país.

Video de M. chilense de Cristofer Andrés Canipane Bastidas.

Litoral chileno: Dunas

Foto de Juan Pablo Salgado

Hace un tiempo les hablé de la flora y fauna en las playas de arenas y, si bien podemos asociarlo a las dunas, quería hacer la distinción ya que los campos de dunas son un ambiente susceptible a la urbanización y creo menester resaltar su importancia.

¿Qué son las dunas? Son acumulaciones de arena generadas por el viento y que se encuentran en los desiertos o en el litoral. En Chile no son muy conocidos los campos dunares, con excepción de las Dunas de Concón, sector ubicado en el litoral de la V Región y que durante mucho tiempo se vio amenazado por proyectos inmobiliarios, cómo suele pasar con ambientes naturales en la zona central de Chile.

Debido a que se componen de arenas no cualquier especie vegetal puede asentarse en este háitat. Existen, sin mbargo, algunas especies capaces de ello: algunas especies fijan las dunas, cómo es el caso de la doca (Carpobrotus chilensis), planta de hoja carnosa que crece cubriendo el suelo de modo que estabiliza el terreno. Otras plantas, cómo arbustos, crecen en sitios protegidos por el viento y, al acumularse bajo ellas materia orgánica y al mantener por más tiempo la humedad con su sombra, generan un microhábitat que permite que allí crezcan otras especies más exigentes en las condiciones del terreno. Otras especies se establecen en terrenos menos favorables, cómo las laderas de las dunas, o en lo alto de estas, y estabilizan a su alrededor la arena.

La doca es una especie característica de las zona litoral en la zona central. De tallos suculentos (carnosos y llenos de fluido), crece de forma rastrera lo que previene la erosión eólica de las dunas y con ello hace las veces de "planta nodriza", lo que quiere decir que da condiciones idóneas para que otras especies se establazcan. Su fruto, rojo al madurar, es comestible. Dos especies de docas crecen en Chile: C. chilensis, nativa y C. edulis, introducida. No es fácil diferenciarlas.

Doca (foto de Juan Pablo Salgado).

En sectores protegidos por el viento, cómo se dijo anteriormente, es posible que se desarrollen masas vegetales más desarrolladas, leñosas, y con mayor complejidad en cuánto a especies. Entre las especies encontradas podemos mencionar el introducido aromo (Acacia dealbata), y diversos arbustos como el vautro (Baccharis concava). Aquí pueden encontrarse especies que no podrían estar en otras zona de las dunas cómo ciertas aves anidando (pueden desplazarse por la duna, pero solo pueden criar entre las ramas), varios tipos de hormigas también, incluyendo Pseudomyrmex lynceus que anida en ramas huecas y troncos, por lo que solo habita estas partes de las dunas. 

Vegetación leñosa (foto de Juan Pablo Salgado).

Chupalla (Eryngium paniculatum) establecida en una duna costera. Nótese cómo, producto de la estabilización del terreno por la misma planta, se encuentra a mayor elevación que la arena circundante: la arena alrededor ha sido desplazada por el viento (foto de Juan Pablo Salgado).

Incluso es posible encontrar pequenes (Athene cunicularia) anidando. Son búhos activos durante el crepúsculo que se alimentan de roedores y un marsupial llamado yaca (Thylamys elegans), también presente en las dunas. Quizá incluso depreden sobre los conejos (Oryctolagus cuniculus), especie introducida que, sí, habita también en las dunas.
Distinas especies de plantas geófitas aguardan bajo tierra a brotar en primavera: orquídeas, conanteras, huillis, etc y cuándo brotan aparecen diversos hervíboros invertebrados: saltamontes, cuncunas, escarabajos, etc. Al florecer es el turno de insectos polinizadores: mariposas, abejas y avispas que contribuyen a perpetuar las plantas.

Dunas de Ritoque (foto sacada del siguiente link: http://www.dunasderitoque.org/)

Incluso se han hecho hallazgos arqueológico, como en la Dunas de Concón, donde se han encontrado puntas de proyectiles. Se piensa que fueron dejados por la cultura Bato, que habitó la zona. Al estar enterradas en las arenas cambiantes ha de ser difícil dar con hallazgos de este tipo, lo que da a pensar que aún quedan cosas por descubrir. En las dunas de Ritoque también se han encontrado restos de cerámicas de las culturas Bato y Llolleo, aunque más notorios son los conchales: extensiones de terreno llenos de conchas marinas, "basurales" donde los pueblos dejaban restos de comida.

Estos ecosistemas  han sufrido una fuerte presión por parte de proyectos inmobiliarios y por el común de la gente, que acude a estos lugares a realizar actividades recreativas dejando su basura, o practicando sandboard en sectores donde puede haber vegetación, contribuyendo a la degradación del ecosistema. Demostremos educación y, por lo menos, no dejemos sucio este, ni ningún otro paraje natural. Por supuesto que podemos usar estos espacios, pero siempre respetándolos para así preservarlos.

Fotos de Juan Pablo Salgado

lunes, 7 de diciembre de 2015

El legado de Gondwana en Chile

Parque Nacional Conguillio (foto de Bernardo Segura).

Hace millones de años en nuestro planeta solo había un gigantesco continente que se componía de todos los continentes que existen actualmente: Pangea. Luego, en la Era Mesozoica, y debido a la los movimientos en las placas tectónicas de la Tierra, el vulcanismo y diversas fuerzas geológicas, Pangea se fracturó generando dos supercontinentes: Laurasia y Gondwana. El primero se componía de lo que hoy es Norteamérica, Europa y gran parte de Asia, mientras que Gondwana se componía de África, India, Australia, la Antártida y Sudamérica.

Cuándo aún existía Gondwana, el planeta se encontraba dominada por reptiles gigantes: dinosaurios en tierra y pterosaurios en el aire. En nuestro supercontinente, terópodos depredadores acechaban rebaños de herbívoros en antiguos bosques similares a los que encontramos hoy en el sur de Chile. Bosques extensos de araucarias, robles y coihues se extendían, atravesados ocasionalmente por campos de lava. Dichos árboles perviven aún hoy en día, y son testigos de esas épocas pretéritas: aún encontramos Araucaria sp. y Nothofagaceas en Chile y otros países de Sudamérica, así como en Australia y Nueva Zelanda. Esto se explica pues dichos grupos de plantas se encontraban en Gondwana antes de la división y con la fractura del supercontinente las poblaciones se separaron generando nuevas especies. Lo mismo puede verse con árboles no tan abundantes como los mañíos, del Género Podocarpus, que son posibles de encontrar también en África.

Araucaria araucana y A. bidwillii. Tanto los indígenas de Chile, como los de Australia aprovechaban los piñones (semillas) como alimento, de sus respectivas Araucarias (fotos de www.museo.florachilena.cl y www.wikipedia.org.

Estróbilos fósiles de Araucaria mirabilis, del Jurásico en Argentina (foto sacada de la web www.wikipedia.org).

Mientras los grandes reptiles se acechaban y mataban, un grupo de animales que no destacaba, los mamíferos, es escabullía entre el follaje, trepaba en las lianas para huir de sus predadores o solo salía de noche de sus escondrijos para no ser vistos. Estos animales, similares a ratones, eran los marsupiales: mamíferos primitivos cuyo desarrollo embrionario queda incompleto y nacen en este estado, trepan por el abdomen de su madre hasta llegar a una bolsa de piel llamada marsupio, donde terminan su desarrollo. Existen marsupiales en Australia y América, las de la Antártida se extinguieron cuándo el continente helado quedó situado en el Polo Sur.

Actualmente existen 4 marsupiales en territorio nacional: el monito del monte (Dromiciops gliroides), la comadrejita trompuda (Rhyncholestes raphanurus), la yaca (Thylamys elegans) y la yaca del norte (T. pallidior). Son todas especies pequeñas y discretas. Temerosas del ser humano y difíciles de ver. Un recuerdo de Gondwana. Incluso, el monito del monte está más emparentado con los marsupiales australianos que con los sudamericanos.

Monito del monte (foto sacada de la web www.wikipedia.org).

Existe una una conexión con los continentes hijos de Gondwana aún más curiosa. En nuestro continente, incluido Chile, habitan los ñandúes (Rheidae),  muy similares a las avestruces africanas (Struthio camelus), y este parentezco no es coincidencia. Hace millones de años en Gondwana habitó el ancestro común entre estos dos animales. Al fragmentarse, se originaron las icónicas aves no voladoras, el Orden de los Ratites: el ñandú, el avestrúz, el casuario (Casuarius sp.), el emu (Dromaius sp.), el kiwi (Apteryx sp.) y los extintos moas (Dinornithidae) y pájaros elefante (Aepyornithidae). Todas estas aves tienen en común su incapacidad de volar, que el macho suele ser el único responsable en el cuidado de los polluelos y el gran tamaño de sus huevos, incluso el kiwi, la mas pequeña de todas, coloca un enorme huevo, y los de el pájaro elefante fueron los huevos más grandes que haya puesto jamás un animal, incluídos los dinosaurios. Lo curioso es que las evidencias sugieren que su ancestro común no perdió la capacidad para volar en Gondwana. La clave está en otro grupo de aves americanas: los tinamúes, que incluyen a la endémica perdíz chilena (Nothoprocta perdicaria). Los tinamúes pueden volar, pero no lo hacen muy bien ni durante períodos prolongados. Poseen un ancestro común con los Ratites, y esto sugiere que los últimos se establecieron en sus diferentes territorios luego de la fragmentación de Gondwana y, de forma paralela, perdieron la capacidad de volar y crecieron en tamaño, o que, independientemente, colonizaron dichos territorios y posteriormente perdieron su capacidad de volar y crecieron en tamaño.

El ñandú (Rhea pennata) y la perdíz chilena tendrían un ancestro común que habitó en Gondwana hace millones de años (fotos de la web www.wikipedia.org y www.avesdechile.cl respectivamente).

Las Proteaceas son una familia de plantas características del Hemisferio Sur. Destacan por sus flores conspicuas, siendo algunas usadas de forma ornamental, tanto en espacios públicos como su flores en adornos florales. En Chile contamos con algunas especies, como el notro (Embothrium coccineum) o el radal (Lomatia hirsuta), aunque una diversidad muchísimo mayor se da en Australia y en Sudáfrica. Otra muestra más del origen común en Gondwana.
La rana chilena (Calyptocephalella gayi) es otro ejemplo de lo que estamos hablando. El linaje de esta se remonta a 110 millones de años atrás, en el supercontinente.

El patrimonio natural de nuestro país es consecuencia de su pasado. Hoy en día parte de este patrimonio se encuentra amenazado: grupos de animales y plantas que aguantaron los cataclismos que ocurrieron, y siguen ocurriendo, al dividirse Gondwana. De nosotros depende que dicho legado natural persista para deleite de generaciones futuras, y para permitirles a estas especies seguir diversificandose. Así mismo, la llegada de nuevas especies por causas naturales, cómo es el caso de la garza boyera (Babulcus ibis), vienen a complementar este legado importantísimo y hacer su parte en el establecimiento del orden natural.