lunes, 7 de diciembre de 2015

El legado de Gondwana en Chile

Parque Nacional Conguillio (foto de Bernardo Segura).

Hace millones de años en nuestro planeta solo había un gigantesco continente que se componía de todos los continentes que existen actualmente: Pangea. Luego, en la Era Mesozoica, y debido a la los movimientos en las placas tectónicas de la Tierra, el vulcanismo y diversas fuerzas geológicas, Pangea se fracturó generando dos supercontinentes: Laurasia y Gondwana. El primero se componía de lo que hoy es Norteamérica, Europa y gran parte de Asia, mientras que Gondwana se componía de África, India, Australia, la Antártida y Sudamérica.

Cuándo aún existía Gondwana, el planeta se encontraba dominada por reptiles gigantes: dinosaurios en tierra y pterosaurios en el aire. En nuestro supercontinente, terópodos depredadores acechaban rebaños de herbívoros en antiguos bosques similares a los que encontramos hoy en el sur de Chile. Bosques extensos de araucarias, robles y coihues se extendían, atravesados ocasionalmente por campos de lava. Dichos árboles perviven aún hoy en día, y son testigos de esas épocas pretéritas: aún encontramos Araucaria sp. y Nothofagaceas en Chile y otros países de Sudamérica, así como en Australia y Nueva Zelanda. Esto se explica pues dichos grupos de plantas se encontraban en Gondwana antes de la división y con la fractura del supercontinente las poblaciones se separaron generando nuevas especies. Lo mismo puede verse con árboles no tan abundantes como los mañíos, del Género Podocarpus, que son posibles de encontrar también en África.

Araucaria araucana y A. bidwillii. Tanto los indígenas de Chile, como los de Australia aprovechaban los piñones (semillas) como alimento, de sus respectivas Araucarias (fotos de www.museo.florachilena.cl y www.wikipedia.org.

Estróbilos fósiles de Araucaria mirabilis, del Jurásico en Argentina (foto sacada de la web www.wikipedia.org).

Mientras los grandes reptiles se acechaban y mataban, un grupo de animales que no destacaba, los mamíferos, es escabullía entre el follaje, trepaba en las lianas para huir de sus predadores o solo salía de noche de sus escondrijos para no ser vistos. Estos animales, similares a ratones, eran los marsupiales: mamíferos primitivos cuyo desarrollo embrionario queda incompleto y nacen en este estado, trepan por el abdomen de su madre hasta llegar a una bolsa de piel llamada marsupio, donde terminan su desarrollo. Existen marsupiales en Australia y América, las de la Antártida se extinguieron cuándo el continente helado quedó situado en el Polo Sur.

Actualmente existen 4 marsupiales en territorio nacional: el monito del monte (Dromiciops gliroides), la comadrejita trompuda (Rhyncholestes raphanurus), la yaca (Thylamys elegans) y la yaca del norte (T. pallidior). Son todas especies pequeñas y discretas. Temerosas del ser humano y difíciles de ver. Un recuerdo de Gondwana. Incluso, el monito del monte está más emparentado con los marsupiales australianos que con los sudamericanos.

Monito del monte (foto sacada de la web www.wikipedia.org).

Existe una una conexión con los continentes hijos de Gondwana aún más curiosa. En nuestro continente, incluido Chile, habitan los ñandúes (Rheidae),  muy similares a las avestruces africanas (Struthio camelus), y este parentezco no es coincidencia. Hace millones de años en Gondwana habitó el ancestro común entre estos dos animales. Al fragmentarse, se originaron las icónicas aves no voladoras, el Orden de los Ratites: el ñandú, el avestrúz, el casuario (Casuarius sp.), el emu (Dromaius sp.), el kiwi (Apteryx sp.) y los extintos moas (Dinornithidae) y pájaros elefante (Aepyornithidae). Todas estas aves tienen en común su incapacidad de volar, que el macho suele ser el único responsable en el cuidado de los polluelos y el gran tamaño de sus huevos, incluso el kiwi, la mas pequeña de todas, coloca un enorme huevo, y los de el pájaro elefante fueron los huevos más grandes que haya puesto jamás un animal, incluídos los dinosaurios. Lo curioso es que las evidencias sugieren que su ancestro común no perdió la capacidad para volar en Gondwana. La clave está en otro grupo de aves americanas: los tinamúes, que incluyen a la endémica perdíz chilena (Nothoprocta perdicaria). Los tinamúes pueden volar, pero no lo hacen muy bien ni durante períodos prolongados. Poseen un ancestro común con los Ratites, y esto sugiere que los últimos se establecieron en sus diferentes territorios luego de la fragmentación de Gondwana y, de forma paralela, perdieron la capacidad de volar y crecieron en tamaño, o que, independientemente, colonizaron dichos territorios y posteriormente perdieron su capacidad de volar y crecieron en tamaño.

El ñandú (Rhea pennata) y la perdíz chilena tendrían un ancestro común que habitó en Gondwana hace millones de años (fotos de la web www.wikipedia.org y www.avesdechile.cl respectivamente).

Las Proteaceas son una familia de plantas características del Hemisferio Sur. Destacan por sus flores conspicuas, siendo algunas usadas de forma ornamental, tanto en espacios públicos como su flores en adornos florales. En Chile contamos con algunas especies, como el notro (Embothrium coccineum) o el radal (Lomatia hirsuta), aunque una diversidad muchísimo mayor se da en Australia y en Sudáfrica. Otra muestra más del origen común en Gondwana.
La rana chilena (Calyptocephalella gayi) es otro ejemplo de lo que estamos hablando. El linaje de esta se remonta a 110 millones de años atrás, en el supercontinente.

El patrimonio natural de nuestro país es consecuencia de su pasado. Hoy en día parte de este patrimonio se encuentra amenazado: grupos de animales y plantas que aguantaron los cataclismos que ocurrieron, y siguen ocurriendo, al dividirse Gondwana. De nosotros depende que dicho legado natural persista para deleite de generaciones futuras, y para permitirles a estas especies seguir diversificandose. Así mismo, la llegada de nuevas especies por causas naturales, cómo es el caso de la garza boyera (Babulcus ibis), vienen a complementar este legado importantísimo y hacer su parte en el establecimiento del orden natural.

5 comentarios: