viernes, 29 de enero de 2016

La llaretilla (Laretia acaulis)

Foto de Juan Pablo Salgado

La llaretilla es una de las diferentes especies de llaretas que viven en nuestro territorio, siempre asociadas a hábitats de altura, en la cordillera. En el caso de esta espcie, desde la III a la VII Región, con una población relicta en la Cordillera de la Costa de la IX Región. Se trata de una especie adaptada a las duras condiciones de la alta montaña, más arriba del límite arbóreo de vegetación. Su forma no es muy llamativa, cubre el suelo, por lo que es una de las llamadas "plantas de cojín", las cuales crecen de forma compacta y a ras del suelo. Esta forma les permite hacer frente a los fuertes vientos y el peso de la nieve durante el invierno.

Foto de Juan Pablo Salgado

Al vivir en la alta montaña solo dispone de una breve primavera y el verano para florecer y fructificar. Las flores dan origen a semillas que son transportadas por el viento.
Cuándo se rompen los tallos de esta planta, libera una sustancia resinosa con propiedades supuestamente medicinales, aunque tradicionalmente se ha usado toda la planta para depurar la sangre, como laxante suave, para el dolor de muelas, etc.

 
Flores (Der) y frutos (Izq), nótese los "hilos" sobre y al rededor de los frutos, es una planta parásita, el cabello de ángel (Cuscuta sp.) (foto de Juan Pablo Salgado).

La llaretilla es de gran importancia para otras especies. Muchas plantas crecen con mucha mayor facilidad al amparo de las llaretillas, en un fenómeno conocido como " efecto nodriza", en el que la llareta genera condiciones microambientales que favorecen el establecimiento de otras plantas. Además, en esta especie se refugian variados invertebrados: arañas, ácaros, polillas y sus cuncunas (larvas), hormigas, etc. Lamentablemente se considera en estado Vulnerable.